sábado, 4 de agosto de 2007

Después de siete años...


Ayer recordamos hace cuanto Sami y yo nos conocemos, charlamos de las clases con Arenas (y de lo duro y bueno de su sistema), nos reímos -para variar- hasta que el estómago nos dolió, tomamos un batido delicioso, comimos churros rellenos de cajeta y compramos una florecillas silvestres llamadas Estrellitas (según la señora que nos las vendió sólo se consiguen en una época del año)... Me da gusto ver que a pesar de que las vidas se separan y las personas van encontrando sus caminos, al final uno tiene la certeza -tan grande como la de que el Sol y el cielo nos sobrevivirán- de que quienes son tu guía, motivo y motor siempre estarán allí.