miércoles, 17 de diciembre de 2008

Este año


Estamos a menos de quince días de terminar el año, convendría hacer un recuento de lo que me ha dejado...
Aprendí a dejar ir y atesorar bien, me arriesgué a guardar silencios y a gritar cuando ya no aguanté. Me llovió un par de veces y bajo el sol esperé. Besé y abracé a mamá y con mi sobrina jugué, lloré a mares y de reír no paré. Trencé mi cabello con cintas de colores y después lo corté, charlé con papá toda una noche y vimos juntos el amanecer. Volé papalotes con mis hermanos y con mi hermana vi mil veces Jane Eyre, entré a un concurso de fotografía y ni siquiera gané. Me acosté en el pasto, conté las estrellas y pensé en Él. Cuarenta años se cumplieron y con Eri marché, festejé cinco veces mi cumpleaños y en todas hubo pastel. Tengo tres nuevos pares de calcetas y unos calcetines que no he vuelto a ver, aprendí a hacer con ellas guantes (para cuando viejitas estén). Vino un osito de tierras lejanas y estuvo conmigo un mes. Leí que 'el amor existe', lo vi pintado en una pared. Comí helado de guayaba, limón, manzana y queso también. Cuidé a un colibrí herido hasta que emprendió el vuelo otra vez. Me hice un collar de cuentas de cosas que nunca imaginé, compré un canastito colorido que llené de flores tan pronto a casa llegué. Ahora tengo más libros inconclusos en el estante de la pared, adopté cinco muñequitas, un hada, dos changuitos y yo sigo siendo la misma, creo que nunca cambiaré...

martes, 16 de diciembre de 2008

domingo, 16 de noviembre de 2008

Todos los bienes del mundo



Una chica me dio un hada, es para todos los bienes del mundo, me dijo. Pensé en los que tengo y deseé conservarlos así mucho tiempo. Cierro los ojos y olvido un momento lo complicado que está allá afuera. Los cierro fuerte y deseo que todos tengan asideros a la felicidad tan lindos y constantes como los míos, que todos tengan eso que hace que al final vivir valga la pena.




miércoles, 17 de septiembre de 2008

La cocina de mamá...


...o del lugar donde nace el alimento del corazón.

A mamá se le da el oficio de reparadora de ánimos, corazones y almas con tanta naturalidad como se le da el andar.
Llegamos a casa y enseguida sabe cómo ha estado el día, sin preguntar nada más sabe por dónde comenzar:
Para lo amargo que a veces está el mundo, un chocolate espumoso.
Para días simplones y escuetos, un guiso picoso y denso.
Para las melancolías, mi postre favorito y una sandía.
Para cuando todo ha estado mal, jícamas con limón y sal.
Para los días complicados, un caldo que mejora los ánimos.
Para los fríos del ambiente, siempre tiene una sopa caliente.
Si venimos con amigos, mejor, que todo es más rico cuando es compartido.
Que la comida se ha acabado ya, es buena señal, tendremos que preparar más.
Una vez que has comido, agradeces que haya alguien que te entienda con solo mirarte, te alimente de tantas formas y por encima de todo eso... te ame.

martes, 26 de agosto de 2008

Negocio redondo...


Mi pequeña Mena se ha iniciado en los negocios, ha adornado una mesita con un montón de frascos, todos llenos con dulces que la abuela le ha entregado, saca sus carteles y los pega con cuidado, y yo que tengo debilidad por los frijolitos mágicos un frasco he acaparado.
De cambio me entrega una flor de alambritos y en secreto le pregunto qué hará con el dinerito, se cerciora que su mamá no esté cerca y me contesta: -Ti, eso es sorpresa.

Yo guardo el frasquito y me pregunto qué clase de negocio es que la abuela financie la empresa, la nieta la administre y venda, de los tíos es la única demanda y al final se comprarán flores con la ganancia.


domingo, 3 de agosto de 2008

De compras con mamá...



Me encanta recorrer el mercado al lado de mamá. Particularmente soy feliz cuando llegamos a los puestos de frutas. Tantos colores, olores y sonidos son una fiesta para los sentidos, el aire se llena de nubes de colores: los cítricos, las flores, las hierbas recién cortadas, una piña que rebanan, los chiles secos y tostados, el papel maché y el corrugado, las grandes cazuelas con mole, un niño brincando entre los pasillos, la carcajada de una bella y robusta mujer que nos dá una prueba de ate de membrillo, colores aquí, colores allá, en los techos, en los puestos, en los globos y en los listones, en la mirada de mamá y en los recuerdos de nuestros corazones.
La mujer de las flores anda vestida de colores, contenta les canta pero es un poco tímida y en cuanto nos vé acercarnos se esconde. El muchacho que vende los quesos le cuenta a mamá que a dos cuadras planean abrir un supermercado pero que afortunadamente dos veces ya lo han frustrado. Nos preocupa pensar que El Monstruo se acerca cada vez más. Eventualmente podría dejarnos sin esto...

Me pone un poco triste, pero la cordura y serenidad de mamá me tranquilizan. ¿No has visto qué logran las personas unidas y organizadas? Al final caminamos de regreso a casa y me quedo deseando que El Monstruo se mantenga lejos por un buen rato y aquellos pequeños rincones abigarrados no hagan más que crecer y seguir inspirando...

La Vendedora de Frutas, Olga Costa (1951)

martes, 22 de julio de 2008

Aunque sea de papel...



Me dice que en sus ratos libres le gustaría volar. Lo que no sé es a dónde le gustaría ir, qué le gustaría ver, por qué cielos le gustaría pasar.
Yo sólo puedo darle un avioncito de papel, de esos que viajan con aire y se impulsan con los sueños, los que dejan estelas de colores y sólo algunos pueden verlos.

domingo, 29 de junio de 2008

Que el tiempo...



...no pase tan rápido y se lleve mis años con él, que decida cambiar su ritmo y vaya más lentito, paso a pasito, como no queriendo irse y evitando correr.

Le hará bien un cambio, debería pensarlo bien, que no es bueno vivir deprisa, así las cosas a veces pasan volando y uno termina por crecer...

domingo, 22 de junio de 2008

Cambia, todo cambia...


¿Qué pasa cuando la gente que quieres empieza a buscar su camino, a construir su propia vida, a labrar su propio destino?
Físicamente se aleja de ti...
Entonces tu corazón se estira y los huequitos que se van formando los vas rellenando con todos los recuerdos acumulados, con los deseos de que su vida sea la más dichosa posible y con la esperanza de algún día reencontrarlos.
¿Se acordarán de mí? Tal vez no, quizá no lo demuestren, el trajín es descomunalmente absorbente... pero pensar en ellos y recordarlos bastará para mantener los hilitos invisibles que nos unen... y un día al reencontrarnos será como si el tiempo no hubiera pasado.

lunes, 9 de junio de 2008

Dormir y despertar...


Era más de medianoche, apagué la luz, me acurruqué y esperé. No dejaba de escuchar el tamborileo de la lluvia golpeando contra las ventanas, probablemente eso me arrulló...

Desperté y seguía lloviendo. La noche y la lluvia habían lavado todo, era un nuevo día, el ambiente tenía un aroma de recién estrenado.

Creí que ya era tarde (podría ser que lo nublado del día pudiera estar engañándome) pero recordé al fin que era sábado y el reloj marcaba apenas las seis de la mañana. Sonreí, abracé a mi Ramona (mi Enlistonada, como la llama papá), y volví a ocultarme entre las cobijas...

jueves, 5 de junio de 2008

Una montaña rusa...


En algún momento de la vida (o más bien en múltiples momentos de la vida) nuestro estado anímico se convierte en una verdadera montaña rusa emocional: cambiamos de las risas felices a las risas nerviosas y del llanto de alegría al llanto apesadumbrado en un santiamén.
A veces meditamos un tiempo intentando comprender las causas y no logramos entender... afortunadamente están ahí (bien cerquita) quienes nos ayudan a ver las cosas con más claridad, incluso a disfrutar del viaje, pues suele suceder que hasta nos acompañan en él: terminan haciendo las mismas locuras que nosotros, compartiendo cada momento, cada sonrisa y carcajada del día, incluso vierten lágrimas solidarias, y entonces agradeces que Ellos llenen tu vida.

viernes, 30 de mayo de 2008

Ver llover...



Desde donde estoy sentada veo cómo el agua cae, salpica las ventanas y llena de vida allá afuera.
Yo aquí estoy deseando salir y mojarme, chapotear en cada charquito, esperando que llueva hasta muy tarde. Debo dejar de escribir y aprovechar esa agüita.
Al menos por la ventana entra ese delicioso aroma de la tierra recién lavada... es el 'anticipo' para que ya me decida. ¡De acuerdo! Me voy, alguien debe aprovechar esa lluviecita y sonreir un rato.

Y un consejo: guardar los paragüas, esconder impermeables y dejarse empapar un rato con aquella agua de caída intermitente que, dicen, a veces te lava hasta el ánimo...

sábado, 26 de abril de 2008

Cariñitos


Se avecinan días complica-dos... Terminar esto, aquello.
Aprove-chemos el día y alargue-mos la noche, DEBES terminar a tiempo.
Pero ni la noche basta, quizá si administraras mejor tu tiempo.
Llega la mañana y está a punto de vencerte el sueño.
Mamá ha dejado en tu mesita un cariñito de buenos días.
¡Muy bien, continuemos!

viernes, 18 de abril de 2008

Crecer...


¿Tú debiste crecer? ¿Hasta en tu mundo Él debió crecer? ¿Por qué no conservar- se en la inocencia, felicidad... en los eternos sentimientos de alegría y credulidad? ¿Por qué ese afán de seguir el curso normal de las cosas y los tiempos? ¿Y si nos rebeláramos contra el tiempo y la vida y decidiéramos permanecer pequeños? Sé que es imposible... pero me da gusto saber que aún eres capaz de maravillarte, de hacerme sonreír, de no perder la chispa y hasta de reírte de ti.

Crece pequeño hermanito, crece...

sábado, 8 de marzo de 2008

Ellas, nosotras...


Tú, mujer indígena. Nos mintieron. Siguen siendo el olvido y la muerte el único futuro que el de arriba ofrece. Tres cargas llevas y tres rebeldías naces. Cuando niña es tu horizonte la champa pobre, la mesa vacía, el altero de leña, el arroyo para ropa y tristezas, el molino exprimiendo del maíz algo de vida para mal comer con los hermanos pequeños de los que eres madre sin que niña hayas podido ser. Cuando adolescente es de nuevo tu horizonte la champa, la mesa, la leña, el arroyo, el molino, y tus hermanos pequeños son sustituidos por tus hijos propios. Cuando anciana eres, la edad debiera ponerte apenas frente a la vida, y es por siempre tu horizonte la champa, la mesa, la leña, el arroyo, el molino. La enfermedad te llevará al único lugar que rompe el pobre horizonte que te apresa: la tumba.


Tú, mujer indígena, escucha lo que mi voz de mujer indígena te dice cuando dice Rebeldía...


Comandante Yolanda
22 de marzo de 2001


Las mujeres... la más bella mitad de este mundo, luz terrestre que ilumina la vida de tantos, la fortaleza materializada, la alegría condensada, el eterno sentimiento de esperanza, la constante posibilidad de un poquito de felicidad...











Fotografías de Basil Pao

Un gran abrazo fraternal a TODAS en su día.

domingo, 2 de marzo de 2008

Paciencia...

Pequeña E...
Él habrá de compartir tu admiración y asombro por los cosmos, habrá de impresionarse al notar nuestra pequeñez como especie, se maravillará al ver nuestras posibilidades, será feliz al darse cuenta que somos sólo una de las más felices casualidades, le emocionará abismarse y zambullirse en libros que rondan en cuestiones más que científicas, peligrosamente ontológicas, le intrigarán los hoyos negros, aprenderá que tu aprendiste a medir las cosas por sus sombras, te llevará de paseo por las constelaciones, nombrará una estrella con tu nombre y con él pedirás Tu Deseo... pero lo más importante es que se sentirá el hombre más afortunado por haberte encontrado, por el simple hecho de estar a tu lado.

sábado, 23 de febrero de 2008

Lo cotidiano...


Levantarse, despertar, transportarse a través de la ciudad, llegar a donde debes llegar, esperar a que transcurra el día, regresar a casa, prepararse para el siguiente día y descansar al final... Toda una rutina, tan bien construida que pasamos por alto toda la alegría.

Los momentos más felices son los más breves, y son tan fugaces que a veces pasan desapercibidos, pero para mí son los que construyen el día, los que hacen feliz mi vida... el beso de despedida de mamá, la imagen de papá agitando la mano deseándome un buen día, la sonrisa de algún compañero de viaje, los niños que van dormitando en los brazos de su madre, el olor del rocío de la mañana que se confunde con la tierra mojada, los primeros ocres mortales del sol de la tarde, observar flores en tu camino, y descubrir que el Sol quizá tenga un amigo...



jueves, 7 de febrero de 2008

Pasos y caminos...


Al pensar en cómo caminamos por la vida lo primero es imaginar que el uno va detrás del otro, cuidando de él, cerciorándose que no pierda el camino. Originalmente ese es el plan, pero nosotros no seguimos ningún plan y rompemos todo esquema... pues me he dado cuenta que caminamos a la misma altura, pero con diferente paso, mirando de reojo al vecino, y felices de estar acompañados.

No iniciamos al mismos tiempo, pero qué bien nos hemos esperado. En nuestro camino nos detendremos a ver el atardecer, a recoger piedrecitas, a juntar flores, si hemos sido algo precavidos a comer algo, pensaremos qué lugares habremos de visitar y qué contaremos al llegar, Uno hará amigos en el camino, y el Otro con su memoria fotográfica será quien describa lo que hemos visto, Ella pensará en llevar recuerditos, y Yo seré quien lleve el relojito. Cuando Uno se canse el Otro lo cargará de burrico, y si Otro tiene hambre Ella le sorprenderá con algún panecito. En algún momento me pedirán que cuente una historia y al fin quedarán dormiditos.

Así es como nos han enseñado a andar, no conocemos otra forma, eso nos mantiene unidos y eso nos mantiene completos.

viernes, 25 de enero de 2008

Coincidencias...


Nos reimos juntas recordando las cabalgatas con cocos, a todo le buscamos el justo medio (o el ombligo), nos gustan las cajitas y los tamarindos, a ella poner Dones y a mi Señoras, las voces aterciopeladas y los bichitos pequeños.


Si hago cuentas creo que no hemos convivido más de 50 horas, pero siento como si nuestro lazo tuviera años de vida. Hemos compartido música, dibujos, trazos, risas, frases, dulces y colores, me regala sonrisas y un montón de cositas coloridas. ¿Que tan pronto reconoces a una amiga? La duración de una sonrisa...

jueves, 24 de enero de 2008

Porque es nuestra y es compartida...


Tiene al menos 80 años de edad, y vive alegremente su enésimo aire... Ha visto pasar cuatro generaciones de una familia que se mantiene como muégano, y aunque ha tenido sus cambios, en esencia sigue igual. Me refiero a algo que parecería no tener vida y sin embargo a veces da muestras de tenerla: la casa que mi abuela estrenó y donde hemos crecido mi mamá, mis hermanos y yo. Llegar a ella, en cualquier circunstancia, es un alivio. Se mantiene fresca e iluminada la mayor parte del año, espera ansiosa nuestra llegada y le pone feliz recibir a más gente. No es muy grande, pero nos alcanza bien para vivir juntos, y cada quien con su espacio.


Tengo muchos rincones favoritos: la cocina de mamá (con un olor perpetuo a chiles asados y café recién preparado, prácticamente hay actividad todo el día allí), el estudio de papá (con su olor a papel y siempre con música bella para escuchar), la vista de la casa desde mi cuarto, el comedor (para nuestras tertulias diarias), el cuarto de mi hermana que parece tienda de antigüedades... creo que no tengo lugares favoritos, es toda, en conjunto.


viernes, 18 de enero de 2008

Repensar y replantear...



Cual cuaderno nuevo tenemos un año recién estrenado, listo para ser llenado, en sí mismo es una posibilidad. Que hay cosas que no dan muy buena pinta, es cierto... pero es mi mamá quien me recuerda que depende de uno cómo va acumulándose la vida.
Ella, el sol de mis días, el faro de mis noches, la voz sensata y la mirada reconfortante (es difícil imaginar cómo puede concentrarse en ella tanto amor, sabiduría y paciencia)... Sea pues, siempre ha tenido razón, veré las cosas con esperanza como ella lo hace.