viernes, 30 de mayo de 2008

Ver llover...



Desde donde estoy sentada veo cómo el agua cae, salpica las ventanas y llena de vida allá afuera.
Yo aquí estoy deseando salir y mojarme, chapotear en cada charquito, esperando que llueva hasta muy tarde. Debo dejar de escribir y aprovechar esa agüita.
Al menos por la ventana entra ese delicioso aroma de la tierra recién lavada... es el 'anticipo' para que ya me decida. ¡De acuerdo! Me voy, alguien debe aprovechar esa lluviecita y sonreir un rato.

Y un consejo: guardar los paragüas, esconder impermeables y dejarse empapar un rato con aquella agua de caída intermitente que, dicen, a veces te lava hasta el ánimo...