sábado, 23 de febrero de 2008

Lo cotidiano...


Levantarse, despertar, transportarse a través de la ciudad, llegar a donde debes llegar, esperar a que transcurra el día, regresar a casa, prepararse para el siguiente día y descansar al final... Toda una rutina, tan bien construida que pasamos por alto toda la alegría.

Los momentos más felices son los más breves, y son tan fugaces que a veces pasan desapercibidos, pero para mí son los que construyen el día, los que hacen feliz mi vida... el beso de despedida de mamá, la imagen de papá agitando la mano deseándome un buen día, la sonrisa de algún compañero de viaje, los niños que van dormitando en los brazos de su madre, el olor del rocío de la mañana que se confunde con la tierra mojada, los primeros ocres mortales del sol de la tarde, observar flores en tu camino, y descubrir que el Sol quizá tenga un amigo...



jueves, 7 de febrero de 2008

Pasos y caminos...


Al pensar en cómo caminamos por la vida lo primero es imaginar que el uno va detrás del otro, cuidando de él, cerciorándose que no pierda el camino. Originalmente ese es el plan, pero nosotros no seguimos ningún plan y rompemos todo esquema... pues me he dado cuenta que caminamos a la misma altura, pero con diferente paso, mirando de reojo al vecino, y felices de estar acompañados.

No iniciamos al mismos tiempo, pero qué bien nos hemos esperado. En nuestro camino nos detendremos a ver el atardecer, a recoger piedrecitas, a juntar flores, si hemos sido algo precavidos a comer algo, pensaremos qué lugares habremos de visitar y qué contaremos al llegar, Uno hará amigos en el camino, y el Otro con su memoria fotográfica será quien describa lo que hemos visto, Ella pensará en llevar recuerditos, y Yo seré quien lleve el relojito. Cuando Uno se canse el Otro lo cargará de burrico, y si Otro tiene hambre Ella le sorprenderá con algún panecito. En algún momento me pedirán que cuente una historia y al fin quedarán dormiditos.

Así es como nos han enseñado a andar, no conocemos otra forma, eso nos mantiene unidos y eso nos mantiene completos.