sábado, 4 de agosto de 2007

Después de siete años...


Ayer recordamos hace cuanto Sami y yo nos conocemos, charlamos de las clases con Arenas (y de lo duro y bueno de su sistema), nos reímos -para variar- hasta que el estómago nos dolió, tomamos un batido delicioso, comimos churros rellenos de cajeta y compramos una florecillas silvestres llamadas Estrellitas (según la señora que nos las vendió sólo se consiguen en una época del año)... Me da gusto ver que a pesar de que las vidas se separan y las personas van encontrando sus caminos, al final uno tiene la certeza -tan grande como la de que el Sol y el cielo nos sobrevivirán- de que quienes son tu guía, motivo y motor siempre estarán allí.

3 comentarios:

Marona dijo...

Hola! Me he paseado un ratito por tu blog y me ha gustado mucho. Tienes una sensibilidad muy especial. Si vienes a Salzburgo, dime algo y tomamos un cafetito o algo...
Puedes escribirme a maronasc(arroba) hotmail(punto)com.
Besos!

Srebica Mulen dijo...

Hola,

Estoy con Marona, a través de cuyo blog he llegado al tuyo, me encanta lo que has escrito, y me hace sentir reflejada. A veces me da mucha pena pensar que todos mis amigos están disueltos, pero debería pensar como tú, que la guía está ahí de la misma forma que el trazo oscuro y firme del camino que nos une y nos separa ...

Yahán Nabih dijo...

Srebica Mulen,
Y a mi me encanta "el trazo oscuro y firme del camino que nos une y nos separa", que está siempre ahí y a veces si no se ve luz es porque uno debe alumbrarlo.
Ahora me daré una vueltita por el tuyo que si te reflejaste en estas líneas seguramente encontraré felices coincidencias en la tuya.
Un gran abrazo,
Ale L.