...que de noche no se puede jugar, que comer helado en invierno hace daño y que los grillos no salen cuando hace frío. Más vale que empiecen a ponerse de acuerdo y me digan cosas ciertas...
Debo ser corta, entonces debe ser simple. Tal vez mi felicidad radica en eso, valoro las pequeñas cosas a mi alrededor: me emociona perderme en los ojos negros de mamá, saber que papá está leyendo por el sutil olor de tinta y papel que llega a mi cuarto, despertar por el aroma del café que mi hermana ha preparado, llamar a casa y confundir la voz de mis hermanos, caminar deprisa de regreso a casa para alcanzar a Mena, escuchar la risa feliz de un nene, aprender sobre cactus con Sami, escuchar la voz aterciopelada de Lady Ella, leer todos los días algo nuevo y darme cuenta de la pequeñez de nuestra condición, pero a la vez de la grandeza del hombre... ser feliz porque he sido afortunada (el azar ha sido tan benévolo conmigo) en encontrarme aquí y ahora.