domingo, 22 de junio de 2008

Cambia, todo cambia...


¿Qué pasa cuando la gente que quieres empieza a buscar su camino, a construir su propia vida, a labrar su propio destino?
Físicamente se aleja de ti...
Entonces tu corazón se estira y los huequitos que se van formando los vas rellenando con todos los recuerdos acumulados, con los deseos de que su vida sea la más dichosa posible y con la esperanza de algún día reencontrarlos.
¿Se acordarán de mí? Tal vez no, quizá no lo demuestren, el trajín es descomunalmente absorbente... pero pensar en ellos y recordarlos bastará para mantener los hilitos invisibles que nos unen... y un día al reencontrarnos será como si el tiempo no hubiera pasado.

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